
Los conflictos suelen ser el resultado de un explosivo cóctel de motivos racionales e irracionales, normalmente poseen una cara oculta que puede resultar temible. Poner fin a un conflicto, exige una doble gestión; porque por un lado tenemos que templar nuestro propio recipiente interno mientras hacemos lo mismo con el otro de enfrente. Quizás esto pueda ser un tanto más complicado en la oficina o puesto de trabajo, donde la presión y el estrés nos empujan a reaccionar de forma instantánea y solemos carecer del tiempo necesario para distanciarnos lo suficiente del problema. Aunque solucionar o como mínimo desactivar un conflicto requiere preparación y practica también resulta interesante que hagamos un auto-análisis de cómo es nuestra relación con el conflicto. Las causas que pueden hacernos entrar en conflicto pueden ser muchas y variadas, el o los detonantes para perder los estribos también pueden ser muchos y de diferentes colores, sin embargo si desconocemos qu...