Detrás de un no puedo no siempre existe un "no quiero", a veces el no puedo está alimentado por un “no me creo capaz de”…
Buenos días amigos, vamos a tomarnos un café y hablemos de la importancia que tiene la dignidad emocional  y la ausencia de autoestima.
Le llamo dignidad emocional al hecho de respetar  nuestra voz interior, nuestra forma de ver, sentir y expresar todo aquello que se “cuece en las tripas” y que solo dejamos salir cuando nadie nos ve.

Por otro lado; la autoestima es una conducta que se desarrolla y está altamente relacionada con las experiencias de la vida y con la personalidad que formamos desde nuestro nacimiento hasta la edad adulta. De ahí que la dignidad y la autoestima vayan de la mano. Si confiamos en nosotros mismos es porque nos amamos, respetamos y creemos ser dignos y merecedores de todo lo que es bueno para nosotros. Por este amor nos esforzamos en lograr los objetivos que nos impulsan a conquistar nuestros sueños a pesar de lo que otras personas nos digan o piensen de nosotros.

¿Cuantas veces, siendo  pequeños, hemos tratado de esconder nuestros sentimientos o deseos por temor a ser castigados o peor aún, por miedo a que nuestros progenitores dejasen de prestarnos atención?...
Aprendimos a esconder nuestro yo verdadero para complacer a nuestros padres y ser amados por ellos. Inconscientemente renunciamos a nuestro yo y al derecho de expresarnos libremente.
Esta conducta adaptativa que se empieza a desarrollar en la infancia nos acompaña hasta la edad adulta donde seguimos reprimiendo nuestros sentimientos por temor a no ser aceptados. La falta de dignidad emocional nos conduce a sentirnos insatisfechos y fracasados como seres humanos. Vivir nuestra “verdad” es la base de una vida digna y de un sentimiento de valía personal que nos impulsa a materializar en actos, en palabras o en gestos aquello que nos emociona o apasiona.

Pronuncia un No bien alto ante la culpa que puedas sentir por aquellos comentarios de tu entorno que intentan callar tu voz interior con sus miedos y limites. Ten en cuenta  que una de las características del ser humano  cuando se siente culpable es intentar convencer a otro con sus argumentos a que piense como ellos. Así su temor se convierte en tu culpa. ¿Lo pillas?

Confía en ti mismo porque así lo sientes desde el interior. Permite-te hacer todo lo que esté en tu mano por alcanzar tus sueños, objetivos y  metas. Permite que tus amigos, pareja y familia opinen lo que tengan que opinar como seres libres que son, pero recuerda que tú también eres libre de elegir si sus palabras cortan las alas con las que naciste. 

Cuida tu dignidad emocional porque es un tesoro, y como tal debe ser protegido de los piratas que intentan quedarse con él.

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