Ni contigo ni sin ti…
Hoy voy a escribir sobre una mujer que durante una sesión de
coaching personal me hizo esta pregunta.
Como profesional, que piensas de mi relación?
Como poco me chocó ( por inesperada) la pregunta, y
automáticamente pensé que a veces preguntamos cosas para corroborar lo que ya
sabemos pero que no queremos saber…
Bueno, y como profesional de coaching le di la vuelta y
reformulé la pregunta diciendo; y tú…
¿Qué sientes? La respuesta ya la sabes
en el aquí y en el ahora…
Agachó la mirada unos instantes y dibujó una mueca entre tristeza y resignación....
Os cuento mi reflexión:
Qué pasa cuando una persona quiere una relación de compromiso y la
otra actúa como un pez mojado cuyas
escamas son completamente resbaladizas?
Pues que la frustración acaba por minar la autoestima y en el fondo se siente (
aparentemente) poco capaz de desapegarse debido a esa carencia de amor
propio.
No vale culparse diciendo que hemos perdido el tiempo cuando una
relación no funciona, porque cada experiencia de la vida está para enseñarnos
algo, lo que vamos hacer es convertir la culpa en aprendizaje, y ¿cómo se hace
eso?, pues en primer lugar hay que comprender lo sucedido, integrar la experiencia
al completo, quiero decir sentir el dolor que causa y reflexionar sobre nuestra
conducta, y por último abrir-nos, abrir el corazón y la mente a nuevas
experiencias y oportunidades.
En ocasiones aceptamos Pseudo-relaciones por miedo; yo llamo
Pseudo-relaciones a esos vínculos vagos, escurridizos, imprecisos, ambiguos sin definición clara, sin bases solidas donde
no existe conexión por falta de sinceridad y de comunicación honesta. Bien
pues, como decía, las pseudo-relaciones se caracterizan por el miedo; hay mucho
miedo dentro de una relación de este tipo, pero me centraré en el miedo a la soledad, porque es el que más me
llama la atención desde mi punto de observadora. Y me llama la atención
precisamente por lo contradictorio que resulta ver a dos personas juntas por no
querer estar solas cuando en el fondo el
sentimiento de soledad es el que les acompaña constantemente.
¿Vosotros creéis que
una relación vaga, imprecisa, es una relación de compañía?. Si alguna vez
habéis experimentado esto, sabréis que un vinculo así no trae tranquilidad. Nos
empeñamos en no perder algo que realmente no tenemos…
Se tiene miedo a perder la compañía que en realidad no se
tiene. Se tiene miedo a perder el amor que en el fondo no existe, a no ser que
tu interpretación del amor sea ese, claro está.
¿Y que pasa con todo esto?, ¿Por qué se mantiene una pseudo-relación?, pues porque
la esperanza de que las cosas cambien es tan fuerte que se tiende a cerrar los
ojos para no ver la realidad (conducta).
Se puede crear una realidad paralela
donde recrear aunque sea de forma virtual el verdadero yo y así obtener el bienestar emocional que todo humano necesita,
pero el tiempo va pasando y seguimos igual, esperanzados y auto-engañados
viviendo un espejismo que tarde o temprano nos pasará factura emocional y
física lo creamos o no porque el vacío que genera una pseudo-relación es
complejo de manejar en el tiempo.
Podremos encontrar justificaciones varias que
justifiquen ( valga la redundancia) a la persona que con sus acciones no
demuestra amor del bueno, pero en el fondo y siendo sinceros lo que estamos
justificando es nuestro comportamiento para no soltar.
El amor del bueno conlleva compromiso, encuentra el camino porque
quiere buscar soluciones regala compañía desde la libertad de elección, no
desde la preferencia, ¡ojo!, yo te elijo es amor, porque nace desde una
decisión propia, y yo te prefiero es
adaptación pura y dura, porque conlleva la connotación de seleccionar “una” entre “varias”
opciones y sinceramente amigos, no es lo mismo.
Bueno, ¿qué podemos obtener de positivo de esta reflexión?
Pues que te mires al espejo y sientas desde las tripas (
como dice una amiga y colega ) que es lo que te mereces de la vida…
Que seas consciente
de que aunque todos tenemos amor en nuestro interior, a veces no sabemos amar…
y no es por crueldad, simplemente es que no nos han enseñado. Y no digo esto
para que el que sienta que está viviendo en una pseudo-relación lo utilice como
reproche victimista no, porque se puede aprender a amar sí o sí.
Amar es
una actitud y como tal se puede desarrollar con aprendizaje.
Centra-te en ti, no desde el orgullo o superioriodad, sino más bien desde el convencimiento de que todos hemos nacido con el mágico don de mejorar-nos y reciclar-nos y a pesar del dolor inicial que se pueda sentir
solo con el hecho de pensar en soltar y salir de ahí, ten presente que esa
decisión vale toda la alegría de ser experimentada, porque tomar la decisión de elegir como y con quién quieres realizarte como persona solo depende de ti.
Tú decides!
mercedes Félix.
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