Entre dudas y certezas, quién no se ha preguntado alguna vez ...¿tiene sentido mi vida?.
Aunque el sentido mismo de la existencia es una cuestión  más bien filosófica  dar un sentido a nuestras vidas, al quehacer cotidiano, está al alcance de todos  nosotros posiblemente hoy más que nunca. 
Por desgracia observo que a menudo, un acontecimiento doloroso nos induce a contemplar en esos instantes y de otra manera el sentido verdadero de lo que llamamos realidad como una evidencia aplastante que choca ante nuestras narices casi sin darnos tiempo a respirar.







El aburrimiento mental, el día a día que nos supera, la repetición de situaciones vitales aunque no sean precisamente acertadas para nosotros, los sentimientos que se apagan o incluso un simple contratiempo momentáneo pueden ser signos que nos advierten que es el momento de empezar a decodificar los mensajes o los patrones de conducta.

Puede que así, sobre el papel parezca muy sencillo, pero luego, cuando estamos en primera línea de fuego en ese face to face nos vuelven a asaltar las preguntas.

¿ Donde buscar las respuestas que nos indiquen el camino por el que transitar y descubrir aquello para lo cual  estamos aquí ?

                                                                 ¿Por donde empezar?...

Si partimos de la base de que el sentido de la vida es  ante todo, un proceso personal, resulta obvio que el primer paso debe hacerse hacia adentro de nosotros mismos. Mirarnos y bucear más allá de nuestra propia evidencia . Julien Offay dijo en su ensayo el hombre maquina; quien sabe si la razón de la existencia del hombre no está en su existencia misma...

Para la mayoría de nosotros, dar un sentido a nuestra vida consiste en otorgarle una dirección que perfilamos nosotros mismos al compás que avanzamos  como una flecha que se dirige recta hacia la diana sobre una línea horizontal desde el punto A a otro B.

A este concepto hecho creencia del sentido de la vida le llamamos misión, y se expresa mediante la realización de un proyecto, un reto a superar o de  un sueño  al que perseguir.

El sistema por el que los movemos todos nosotros sabe transformar lo superfluo de nuestra existencia en necesidad esencial, fijémonos sino, como estamos localizables en cualquier lugar y momento, coleccionamos amigos en las redes sociales( lo dejo ahí)

La salud, el bienestar, la felicidad (sobre todo esta última), pasa por el consumo a veces obsesivo de productos que nos aporten el discernimiento necesario para saber lo que somos verdaderamente y donde se encuentra nuestras necesidades y valores reales. 

He leído en algún sitio que los cinco puntos  esenciales que  dan sentido a nuestra existencia son:
  1. Desplegar nuestras alas.
  2. Seguir nuestros sueños y aspiraciones.
  3. Amar y amarnos.
  4. Centrar-se en lo principal.
  5. Desarrollar el espíritu.
Y no digo que no, sólo pienso que dar sentido a nuestra vida no significa forzosamente cumplir estos requisitos, porque a veces el sentido de la vida puede perder su sentido y entonces ... ¿se te escapa la vida?




No entremos en caos mental si en algún momento te asalta la duda de quién eres y en qué estado deambulas. El sentido de la vida es el tuyo propio y afortunadamente existen múltiples formas de lograrlo, Simplemente pregunta a tu corazón ¿ Cúal es tu propia definición del sentido de la vida?








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