Eso que llaman “prueba error,” forma parte del camino
evolutivo del ser humano y por si no te habías dado cuenta todavía, el aprendizaje y el camino es personal e intransferible. Equivocarse es aprender y el aprendizaje nos da la oportunidad de
evolucionar. Cada cual a su ritmo y desde su propio sello de identidad.
Por favor, no me prestes tus zapatos porque el camino es mío
y las huellas también.
Hay quién dice que el
sistema, o la vida, tiene una vibración más elevada que nuestra comprensión terrenal …y es cierto.
Es cierto, porque seguimos dejando de lado la comprensión que
no venga desde el razonamiento razonado y esto, precisamente es lo que hace que
nos cueste más aprender e integrar cada
experiencia que vivimos. Nos comparamos, filtramos, valoramos y aprobamos
dependiendo que nos dice nuestro sistema de creencias interno.
Y…cuantas veces tú sistema de C.I. te indica que debes
resistirte a la experiencia que te llega?
¿Sabías que resistir-se es una creencia?
No se trata de tirarse la manta a la espalda y decirse cada mañana; acepto pulpo, acepto que seas un tonto a las 3, acepto esto, lo otro y lo de más allá. No, no estoy diciendo eso, además
tampoco podríamos porque entre otras cosas nuestro cerebro no está diseñado
para esa aventura, por lo menos de momento. Aunque sí estamos preparados para
vivir lo que nos toca vivir desde otras perspectivas.
Cuanto más nos resistimos a experimentar los acontecimientos
tal cual son, más esfuerzo tenemos que
hacer, porque entramos en un bucle de hacer y hacer para tunnear la experiencia
que no nos satisface. ¿ Has intentado meter una esfera dentro de un cuadrado del mismo tamaño?, Sí?...¿ y qué tal te fué?.
El esfuerzo conlleva energía de desgaste, sin embargo
aceptar e integrar sin enjuiciar nos brinda la oportunidad de mirar las cosas
desde la fuerza interior de sentir-se que pese a lo que pase, tú, yo y todo
hijo de vecino es capaz de continuar su propio camino de aprendizaje.
Si miramos un poco la etimología de la palabra, es posible
que comprendamos mejor nuestras resistencias y así liberar en la medida de lo
posible esa energía árida y pesada que
la acompaña.
RESISTIR. La palabra "resistir" viene del
latín resistire y significa "tolerar, combatir una fuerza". Sus
componentes léxicos son: el prefijo re- (hacia atrás, de nuevo) y sistere
(tomar posiciones, detenerse y clavarse en un lugar).
Los reproches internos y las dosis de culpa o pena es la excusa perfecta como herramienta para resistir-se ante lo acontecido y, francamente solo sirven para amargarnos el café, destrozarnos
el sistema inmunológico, no buscar opciones y of course! no encontrar soluciones.
Te propongo un sencillo ejercicio; Respira y visualiza-te dando un paso hacia atrás, plantea-te una esta pregunta;
¿ Qué es lo peor que te podría pasar si haces “eso” a lo que
te resistes?.
Al hacerte esta pregunta puede que encuentres el motivo
subconsciente que hace que no te muevas. Puede que tu miedo salga de la cueva
oscura y ¡quién sabe!... a lo mejor puedes hacerte su amiga.
Nada bajo el cielo es bueno o malo, todo está en como vives lo que sucede...
Como siempre…
Tú decides.
- Si te apetece puedes dejarme un comentario sobre el tema. Muchas Gracias
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por dejarme tu respetuoso comentario.