Sentirse agradecida no es dar las gracias.
Es de bien nacida ser agradecida
reza el dicho, en mi caso mis padres me educaron desde pequeña a pedir por
favor y dar las gracias después. Dar las gracias cuando se me daba lo pedido,
dar las gracias cuando alguien abría una puerta para dejarme pasar primero, dar
las gracias cuando alguien me regalaba algo…he pasado gran parte de mi vida
dando las gracias varias veces al día cuando alguien hacia o decía algo que me
favorecía.
¿Te suena?, seguro que a ti
también te enseñaron a dar las gracias, sin embargo no es lo mismo dar las
gracias que ser agradecida.
¿Qué significa ser
agradecida?
En este artículo quiero
invitarte a reflexionar conmigo respecto al tema de ser agradecida, dar las
gracias y sentir agradecimiento por la vida.
¿Empezamos?
Si lanzamos la pregunta; ¿qué
significa para ti ser agradecida?, es bastante probable que la respuesta sea la
siguiente; ser agradecida es dar las gracias,
hazte la pregunta a ti misma y
observa la respuesta que te has dado.
Para-te un momento, respira y siente en tu interior como suenan en ti las
palabras que dijiste.
Es cierto, si así lo crees
que, ser agradecida tiene que ver con dar las gracias pero ¿cómo?, o mejor
dicho; ¿desde dónde?
La gratitud es una actitud que nace desde la consciencia de que todo lo
que te acontece en la vida implica una
enseñanza. Ser agradecida aporta una interpretación de la realidad personal más
positiva.
La vida nos pone pruebas constantemente y si
has aprendido el significado de la gratitud encontrarás en tu interior recursos
que permanecían dormidos y que te ayudan a gestionar tu día a día.
Damos por sentado demasiadas
situaciones, cosas o personas que tenemos y están en nuestro camino vital. Las
prisas, el trabajo y los quehaceres diarios no dejan lugar a parar-se y sentir
que significa todo eso que tienes en tu vida y que quizás no aprecias o no te
has parado a pensar... ¿qué valor tiene para ti?.
Sentirse agradecida (ya lo dice el verbo), es sentirse abundante.
Pero abundante de qué, te preguntarás. Pues abundante de vivir alineada y en coherencia con tus propios valores más allá de
la respuesta del otro. Cuando ejerces tu
propia libertad de acción de compartir y ofrecer desde tu esencia sin esperar
nada a cambio puedes sentir una plenitud personal que cree-me si te digo que es una sensación maravillosa.
Dar las gracias es una cortesía social, nada
más. También aquí el verbo se expresa por sí solo, ya que al dar las gracias por el gesto recibido estoy pagando una cuenta
que creo haber contraído.
¿Conoces a personas que no
permiten que se les haga un favor o no les gusta que les ayuden cuando están ante
un problema?
¿
Ves la diferencia ahora?.
Te propongo un sencillo ejercicio que puedes empezar a experimentar ahora mismo. ¿Cómo te sientes cuando alguien te
da las gracias? ¿qué pensamientos pasan por tu cabeza?.
Si te apetece puedes dejar tu comentario.
Gracias por tu tiempo.
Mercedes.
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