Más allá de la adaptación

 


Provengo de una familia, a la que la vida no se lo puso fácil. Esto por decirlo de una manera elegante. Mi madre tuvo la desgracia de vivir una guerra civil y lo que es peor una larga y penosa posguerra.

Como muchas otras mujeres de su época pasaron por carencias básicas y esenciales, tuvieron que llorar a sus muertos en silencio y sin prácticamente ayuda sacar "adelante" a su familia que a menudo era numerosa. 

Mi madre experimentó más penas que alegrías, no tuvo tiempo para caricias y besos. Lo esencial para ella en ese momento vital estaba justo en la base de la pirámide.

Aún así, cuando recuerdo a mi madre siempre la percibo de buen humor, con gracia y salero haciendo reír a todos en las reuniones familiares. También recuerdo una de sus frases preferidas - La vida sin ilusión es lo más parecido a la muerte-. En aquella época yo pensaba que era una frase bastante teatrera...¿curioso verdad?, teniendo en cuenta desde mi trabajo como coach que he escuchado  esta frase millones de veces, y verbalizado otras tantas aunque eso sí, avaladas por el iluminado de turno.

Mi madre reside en otro plano  ( si es que existe),  y en ocasiones me pregunto si ahora estuviera con ella -¿Qué harías mamá con lo que nos está sucediendo? .

La respuesta he tenido que buscarla entre mis recuerdos de niñez y unas cuantas meditaciones formales, pero eso es otra historia.

Para mi, el relato de mi madre me ha ayudado a comprender que los procesos complejos forman parte de la vida y que resulta tan natural su acontecer como su superación. Y que existe una desigualdad abrumadora entre las narraciones de superación y las historias morbosas que nos invalidan como seres humanos hasta el punto de quitarnos esa ilusión de la que hablaba mi madre y que es tan necesaria para seguir adelante en la complicada batalla por la Recuperación.

Como aprendizaje, tengo más que claro que las historias de mi madre tenían más ingredientes de -superación que de victimismo-.

Este relato es sencillamente un pequeño homenaje a mi madre y a todas las personas que fueron y son capaces de dejar atrás los obstáculos de la vida, creciendo y aprendiendo de ellos. Cada día hago un poco más por seguir sintiendo el vaso medio lleno. Resiliencia, calma,alma libre.


Un abrazo y gracias por leerme.


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